Hoy me apetece hablar de las emociones, por dos razones, porque es algo que me parece super importante, saber gestionarlas y acompañarlas, y porque hace un par de días se ha estrenado la segunda parte de la película “Del revés”, la cual me apetece muchísimo ver.
¿Alguien ha visto la primera película? Me parece que más que un aprendizaje para los niños, es para los padres.
Vamos a ponernos en situación…
Tú, como madre o padre, un día te levantas y no te sientes bien, o te ha pasado algo que hace que puedas estar enfadado, frustrado, triste,… Cómo adulto, ¿sabes gestionarla? Te diría que en la mayoría de casos contestaréis un no o un a veces… Nos podemos tirar todo un día cabreados por algo que nos haya podido pasar, 2 horas refunfuñando y en bucle porque alguien se nos ha cruzado de mala manera con el coche en algún cruce, y un sinfín de momentos rutinarios, cotidianos y sencillos que nos pueden hacer perder nuestro bienestar emocional durante todo o gran parte del día. Y dicho esto… cómo adultos, pretendemos que los niños por algo que se han enfadado se les pase en cinco minutos para que no estén con rabieta y llorando, ¿en serio? perdonar por la expresión, pero es de ser muy poco respetuosos con nuestros propios hijos.
A veces las emociones no son las que más nos gustan, pero eso no significa que no sean importantes, valiosas y no por ello podemos decir que sean buenas o malas. El miedo es muy valioso, hace que nos vayamos de un sitio en el que sentimos que estamos en peligro y que nos puede dañar. La tristeza es igual de valiosa y muy útil, ¿dolorosa? si, pero es el punto de arranque del proceso de aceptación de una realidad que nos genera un daño. Nos ayuda a aprender de los errores y asimilar pérdidas. Mientras sentimos tristeza nuestra actividad se reduce y disminuimos la atención en el mundo externo, de esta manera podemos focalizarnos en nuestro mundo interno. Pero claro… nos gusta más la alegría ¿no?
Pues si has visto la película habrás entendido que Tristeza y Alegría van unidas de la mano.
Me arriesgo a decir que en la película es Alegría quien intenta destacar en todo momento, hasta que se da cuenta y se mantiene a un lado, porque es Tristeza quien debe de tomar las riendas de la situación.
Todos podríamos pensar que la alegría es nuestra emoción más saludable, porque cuando aparece nos llena de positivismo y de energía, pero pensar así es demasiado simple. Cuando reflexionamos, nos damos cuenta de que nuestra vida no sería igual sin sus “idas y venidas”. Nos gusta sentirnos alegres , pero… ¿has pensado que no sabríamos que es la alegría si no sintiéramos tristeza? La tristeza nos permite un conocimiento de nosotros mismos y de nuestros límites que no tendríamos si careciéramos de esta emoción, un conocimiento muy útil para saber reconocer nuestro límites y saber la dimensión de nuestras fuerzas.
Os dejo una frase que leí mientras hacía el curso de Gestión Emocional, que me pareció muy bonita y poderosa. Nos sirve para ser conscientes de nuestras emociones y la valía que tiene cada una de ellas, que no hay emociones buenas o malas, son simplemente emociones que nos proporcionan una serie de beneficios aunque puedan actuar de manera que no nos parezcan agradables.
“Sin alegría seríamos incapaces de actuar, pero sin la tristeza sería imposible superarnos.”
A las emociones se las acompaña, se las escucha y se aprende de ellas.
Y cómo última pincelada y dato muy curioso, ¿os habéis fijado en el color de pelo de los personajes? Todos son de un mismo color, si el personaje es de un color el pelo es del mismo color, pero Alegría tiene esa pincelada, su pelo no es amarillo, es de color AZUL, del mismo color que es Tristeza. ¿Casualidad o mensaje oculto?
Gracias por acompañarme una vez más en este proyecto tan bonito.


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